¿Médico residente?…, con todos mis respetos.

Hace unos días disfrutaba con un amigo, también médico, de una  carrera de medio fondo atravesando las marismas próximas a nuestro lugar de residencia. Son momentos en los que hablamos de lo divino y lo humano, de lo posible y lo imposible, de lo que debería ser, y de lo que tristemente en ocasiones es.

Me comentó una anécdota que le sucedió en su última guardia en el hospital de nuestra ciudad. La anécdota tiene lugar al entrar un médico interno residente (MIR) en un box de urgencias para atender a una paciente. El MIR es de 4º año y finaliza, por tanto, su especialidad dentro de 3 meses. Al entrar el residente al box, es recibido por el acompañante de la paciente con esta frase literal “joder otro puto residente”.

Mi amigo y yo comentamos brevemente sobre la situación, no ya de nuestra maltratada sanidad, sino sobre algo cada vez más alarmante y que debería poner a los políticos y dirigentes en alerta, como es la pérdida de la educación social a todos los niveles, pero muy especialmente en el aspecto sanitario.

La frase me hizo reflexionar porque con toda seguridad quien la había pronunciado desconocía por completo, como es obvio, lo que es un MIR, lo que  es la formación especializada, cómo comenzó…, y me propuse ahondar en la especialización médica en España, los MIR, sus orígenes y evolución.

La formación especializada de los médicos mediante un sistema de integración en un equipo multidisciplinar para la asunción paulatina de responsabilidades, tuvo sus orígenes en el año 1915, en el Hospital John Hopkins de Baltimore en Estados Unidos. En España, este sistema es aceptado casi de inmediato por algunos de los hospitales más avanzados del momento como es el caso de Casa de Salud Valdecilla de Santander, Hospital Basurto en Vizcaya, o el Hospital San Pablo de Barcelona.

En los años cincuenta, del siglo pasado, la especialización en España dependía de la universidad, la cual, mediante sus Cátedras, habilitaba Escuelas Profesionales desarrolladas en los Hospitales Clínicos Universitarios. A estas escuelas accedían después de finalizados los estudios de medicina los médicos que deseaban seguir una formación especializada. La forma de acceso tenía lugar mediante convocatoria de plazas por las diferentes escuelas y hospitales, y la especialización se realizaba como médico interno por un periodo de dos años.

Otra forma de especialización en esta época era bajo el padrinazgo del jefe de servicio correspondiente, quien después de un periodo de aprendizaje en su servicio, ofertaba plaza de especialista en el propio servicio, o la posibilidad de ejercer en el sector privado, pudiendo ya inscribirse el profesional en la sociedad científica correspondiente, y en el Colegio de Médicos, con lo que adquiría la condición de médico especialista.

En 1968 surge en nuestro país el Seminario de Hospitales con Programas Graduados. Estos programas conjuntos se elaboraron tomando como referencia el texto dela Comisión Conjuntasobre acreditación hospitalaria americana del año 1965. El nombre de médico interno residente como lo conocemos en la actualidad surgió de la traducción del inglés Internal Medical Residency (MIR). Sin embargo, el nombre de médico residente aparece en España por primera vez mediante Orden del Ministerio de Trabajo de 28 de Marzo de 1966. Esta Orden, entre otros aspectos asistenciales, crea 500 puestos para médicos recién graduados dentro de las Residencias Sanitarias dela Seguridad Sociala los que denomina médicos residentes. El periodo de formación como residente es de tres años como máximo durante los cuales se realizan rotatorios por determinados servicios de la institución.

Unos meses más tarde, otra Orden precisa el concepto de médico interno y médico residente. A partir de este momento el médico interno constituye la forma inicial de ingreso en las Residencias Sanitarias para el médico recién graduado, el cual durante dos años rotará por los servicios que se establezcan en el correspondiente programa dela Residencia. Alfinal del segundo año, sila Junta Facultativalo considera conveniente y siempre que el médico lo solicite, podrá pasar a la categoría de médico residente. Los residentes están, a diferencia de los médicos internos, adscritos a un servicio hospitalario de forma fija, es decir sin rotaciones, para formarse en la especialidad correspondiente.

En el año 1971, mediante otra Orden, se establecen por primera vez las denominaciones de médicos internos y médicos residentes y la convocatoria de las plazas pasa a ser anual, y se analizará por parte de una Comisión Central de Admisión y Educación Médica los expedientes académicos, méritos y condiciones personales de los aspirantes, entrevistas personales y otras pruebas que se estimen convenientes. Se establece por primera vez la relación contractual de los médicos internos y médicos residentes en periodo de formación en las Instituciones Sanitarias dela Seguridad Sociala través de los correspondientes contratos de carácter laboral, los contratos tendrán una duración de un año renovables.

En 1978, mediante un Real Decreto, se reconocen hasta 51 especialidades, entre ellas la de Medicina Familiar y Comunitaria. Se ponen en marcha las comisiones nacionales para cada una de las especialidades reconocidas. Estas comisiones son las encargadas de determinar los requisitos para la acreditación de centros docentes, establecer los criterios de las pruebas de evaluación para la obtención del título de especialista y los contenidos teóricos y prácticos del programa formativo, así como el tiempo de duración de la especialidad.

Unos años más tarde, en 1984 se clasifican las especialidades médicas en tres apartados; las que requieren básicamente formación hospitalaria, las que no la requieren como base de la formación (Medicina Familiar y Comunitaria y Medicina Preventiva y Salud Pública) y aquellas que no la requieren (Estomatología, Hidrología, Medicina Espacial, Medicina dela Educación Físicay Deporte, Medicina Legal y Forense y Medicina del Trabajo).

En el año 2003 la promulgación dela Leyde Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) supuso un cambio importante en cuanto a la formación médica especializada, al introducir un concepto desconocido hasta entonces en el campo de las especialidades médicas, como es el concepto de troncalidad. Las especialidades médicas pasan a denominarse especialidades en Ciencias dela Salud. Elacceso a la formación especializada se modifica enla LOPSal contemplar la realización de pruebas específicas por especialidades troncales y se contempla la posibilidad de obtener una nueva titulación tras cuatro o cinco años de ejercicio profesional en una especialidad del mismo tronco común que la que se posee, y tras ocho años desde la obtención de la anterior, en el caso de acceder al tercer y sucesivos títulos de especialista. Con esto se persigue una mayor flexibilidad del propio sistema formativo, al permitir la re-especialización gracias a la existencia de pasarelas entre las distintas especialidades que conforman un mismo tronco. El desarrollo dela LOPSen lo referente a la troncalidad está aún en fase de proyecto.

Finalmente en el año 2008 se promulga un Real Decreto mediante el cual se crean las unidades docentes de carácter multiprofesional que se corresponden con las especialidades de; Salud Mental, Pediatría, Atención Familiar y Comunitaria, Salud Laboral, Geriatría y Obstetricia y Ginecología. En estas unidades se forman médicos y personal de enfermería de las especialidades citadas. Se determina que la supervisión del médico residente debe ser progresiva, siendo de presencia física en el primer año y decreciente y progresiva a partir del segundo año. He querido terminar con esta frase sobre la responsabilidad progresiva del MIR este breve recorrido sobre la formación médica especializada en España, para enlazar con el desafortunado comportamiento del acompañante de la paciente que ha dado origen a estas líneas.

Estoy convencido de que a la vez que es necesaria más y mejor educación social, cada vez es más urgente la educación sanitaria a la población general. No solo para el respeto que nuestra condición humana se merece, sino respeto a un profesional médico que ha tenido que realizar un gran esfuerzo personal y profesional para llegar a ser MIR en cualquiera de los hospitales de este país.

Ignacio Cantero, médico de familia

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